
Al término de la Guerra de Reforma, el presidente Benito Juárez decretó la suspensión de pagos de la deuda externa, contraída en su mayor parte durante los gobiernos de Antonio López de Santa Anna, Ignacio Comonfort y Félix María Zuloaga.
Ante la suspensión de pagos, el 31 de octubre de 1861, Francia, España e Inglaterra acordaron intervenir militarmente en México, por ver afectados sus intereses económicos, conformando por ello la Triple Alianza.
El 21 de enero de 1862, las potencias invasoras aceptaron la propuesta mexicana conocida como Tratados de La Soledad, que autorizaba a las tropas extranjeras el avance hacia Córdoba y Orizaba, pero reconocía al gobierno de Benito Juárez.
España e Inglaterra, al darse cuenta del propósito colonialista de los franceses, declararon la ruptura de la alianza el 9 de abril de 1862.
El Ejército Mexicano que se enfrentó a los invasores estaba integrado por la gente del pueblo, chinacos (hábiles jinetes del campo armados con machete, lanza y reata).
Estaba compuesto por 6,500 hombres, divididos en 1/er. Batallón de cazadores, 1/er. Regimiento de Línea, 1/er. de Zuavos, 1/er. Batallón de Fusileros de Marina, 1/er. Regimiento de Infantería y varias unidades de Artillería y Servicios, al mando del Gral. Carlos Latrille, Conde de Lorencez.
En las Cumbres de Acultzingo ocurrió la primera batalla entre los mexicanos y franceses. El General José María Arteaga al mando de las tropas poco experimentadas, no pudo detener el avance francés. La oportuna llegada del General Porfirio Díaz evitó que la derrota se convirtiera en desastre.
Estos experimentados soldados provenían de diferentes colonias francesas, principalmente de Argelia. Bien adiestrados y equipados, constituyeron parte importante del Cuerpo Expedicionario.
Además de las unidades francesas, hubo soldados de muy diversas nacionalidades al servicio del Ejército Francés intervencionista. Entre otros combatieron en nuestro país soldados de origen austriaco, belga, húngaro y polaco, tanto en las unidades regulares como de mercenarios.
El General Carlos Latrille, Conde de Lorencez, al mando de uno de los ejércitos más experimentados y poderosos de su época, cayó derrotado en la Batalla de Puebla por las tropas mexicanas comandadas por el General Ignacio Zaragoza, que en esa histórica jornada abatieron el orgullo francés.
Una de las batallas que sobresalieron durante la invasión francesa se dio el 30 de abril de 1863, en Camarón, Ver. se enfrentaron 65 soldados de la Legión Extranjera Francesa, contra tropas irregulares mexicas al mando del Coronel republicano Francisco Paula Milán. Ambos bandos hicieron derroche de valor y heroísmo, hasta que todos los legionarios murieron o fueron capturados.
Tras la derrota de sus soldados, Napoleón III ordenó que se incrementara el efectivo del Cuerpo Expedicionario hasta superar los 23,000 hombres. El Gral. Elías Forey, quien sustituyó a Lorencez, puso sitio a Puebla el 16 de marzo de 1863. A pesar de la heroica resistencia de los mexicanos encabezados por el General González Ortega, Puebla cayó tras 62 días de asedio.
En 1864, llegó a nuestro país Maximiliano de Habsburgo, que con el apoyo de los franceses estableció el 2/o. Imperio, para el efecto trajo tropas austriacas y belgas, las cuales fueron apoyadas por soldados conservadores mexicanos.
Este efímero Imperio desapareció en 1867, cuando los franceses se embarcaron a su país y los mexicanos avanzaron hacia el centro del país , derrotando a las tropas imperiales en Querétaro por lo que Maximiliano, junto con los generales conservadores Miguel Miramón y Tomás Mejia fueron fusilados, acabando la aventura europea en nuestro país e iniciándose la reconstrucción nacional.
1 comentario:
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